El secreto más profundo es este: el crecimiento no se trata de convertirse en más de algo. Se trata de darse cuenta de que, en cada momento, ya eres completo. Las capas que desprendes, la sanación que abrazas y la sabiduría que adquieres revelan la plenitud de lo que ya eres. El crecimiento es simplemente el proceso de recordar tu integridad, de volver a la conciencia de que tú y el universo son un magnífico e inseparable tapiz.
Así que, mientras caminas por este camino, recuerda: el crecimiento no es un destino, sino una experiencia de profundización. Es la expansión de tu corazón, el ablandamiento de tu mente y el despertar de tu espíritu a la verdad de que todo lo que buscas ya está dentro de ti. Camina hacia adelante con curiosidad y valentía, y deja que el camino se revele en el momento perfecto.